domingo, 19 de enero de 2025

David Lynch en el recuerdo

David Lynch, el director de cine norteamericano, ha fallecido.

Un director considerado maldito, independiente, surrealista, poeta, que estuvo a punto de tocar las mieles del éxito masivo tras su película Wild at Heart (Corazón salvaje en España, 1990), que obtuvo el premio de la Palma de Oro del festival de Cannes ese año.

David Lynch padecía enfisema pulmonar, había sido un fumador empedernido, y vivía en Los Angeles, las últimas semanas rodeado de incendios.

Recuerdo haber ido a ver Wild at Heart al cine dos veces ese año, con L, que me acompañaba encantada. Yo, en 1990, jamás repetía película en el cine, no todavía.

Y recuerdo sentirme fascinado por la trama del film, que yo entendía que iba de perder la cabeza en el sentido más literal:

- la cabeza de Bobby Ray Lemon, rota tras atacar a Sailor;

- la cabeza rota de la chica superviviente de un accidente de coche en el desierto;

- la cabeza volada de un tiro de Johnny Farragut, como explicó Santos antes que había que hacerlo, disparando desde la nuca; esta no la vimos...

- la cabeza destrozada de Bobby Peru por su propia arma;

- la cabeza rota sobre el asfalto de una persona que acaba de tener un accidente, visto por Lula y Peace;

- la cabeza del tipo que va en silla de ruedas y habla con el que está tirado en el suelo.

En la película hay mucho más que cabezas rotas, hay brujas del mago de Oz, Elvis Presley y mucha música. Entonces me fascinó una banda sonora tan bien provista... Luego, las películas de Tarantino ya le dieron la medida.

Y, con los años, la historia me recuerda a Rumble Fish (Francis Ford Coppola, 1983); la escena en que el protagonista, apaleado, flota y se levanta y se reconoce; la música que se sale de buena...

Una recomendación, un poco de filosofía con Slavoj Žižek



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